Miguel Ángel Gómez Naharro
1.- ¡AY CARMELA!
Intentemos devolver a la palabra su valor
originario.
Primero fue un golpe,
fracasado, en nombre de la República. Luego hablaron de Alzamiento para atraer
clientela indecisa y anunciaron el terror. Aquellos desleales a la democracia
maquillaban el deshonor hablando del comunismo que asolaba la Patria, cuando en
España había un Gobierno burgués salido de las urnas esforzándose por combatir
la anarquía. La provocaban jóvenes que, en la calle, querían demostrar la
incapacidad del Gobierno para controlar un Orden Público estragado adrede.
En la mendaz metamorfosis
lingüística de los desleales, su Alzamiento pasó a llamarse Cruzada.
Definitivamente se descorrió el último cortinaje de humo y el mundo fue
consciente de que España estaba siendo invadida por portugueses, italianos,
alemanes, moros y legionarios.
Ante la indecorosa
neutralidad de unas democracias superadas por el miedo se libró en España la
primera batalla de la II Guerra Mundial. El pueblo leal ya había presentido que
en su solar se dirimía algo más que ambiciones pretorianas de oficiales
africanistas asociados a la Iglesia, a la nobleza agraria, a la banca y a los
poderes industriales. Madrid, capital de la resistencia ante un mundo
estremecido, organizó El Quinto Regimiento. No pasarán el Manzanares. Los leales
consiguieron cruzar el Ebro. No pasará el fascismo del ejército colonial que
pretendía hacer de España un cuartel, sin puertas, con fajinas y retretas
sumarísimas. Y el pueblo leal se arengó en las trincheras entonando !ay
Carmela¡, metáfora de la novia que aguardaba el desenlace de aquella hecatombe.
Al tiempo, los invasores cantaban a la novia de la muerte, infectados por una
mística enferma de sangre de Calvario. Frente a las coplas populares que
hablaban de resistencia, pan tierra y Carmela, los alzados utilizaban para sus
himnos irracionales lirismos de luceros, destinos e imperio, resucitando la
eterna España tridentina: una Edad Media desempolvada y mohosa. Ay Carmela. Los
leales cantaban al compañero, que compartía pan y trinchera, a la libertad
hurtada. Los invasores hablaban de camaradas ausentes, de ademanes imposibles,
de luceros perdidos en la inmensidad cósmica. El pueblo leal prometió resistir,
hasta el exterminio, al cruzado que utilizó el terror, como la más refinada arma
de guerra, para bombardear ciudades con colegios y hospitales incluidos, en su
locura por desmemoriar cualquier fermento republicano. No pudo con Carmela. El
general desenfundó la pistola y el pueblo se quedó, hasta hoy, con el verso
felipino.
Ay Carmela nos preserva de
caer en tentaciones de correcta neutralidad, urdidas por historiadores que
pretenden confundir en el mismo saco la pistola y la copla.
Devolver a la
palabra su valor originario. Así podremos simplificar: en la guerra predomina la
irracionalidad, la locura en los dos bandos. Pero solo uno de ellos contrató a
los jinetes apocalípticos y pervirtió el orden que el pueblo se había dado. Ese
pueblo asumirá su estado de necesidad para inmolarse, en legítima defensa, en el
contexto del talión que nunca quiso. Ay Carmela. Nuestros ojos se nublan cuando
bisbiseamos lo de prometemos resistir. A la larga no pasaron.
Texto: Víctor Chamorro
¡Ay Carmela!
(Tradicional española)
El ejército del Ebro,
rumba, la rumba, la rumba, la
el ejército del Ebro,
rumba, la rumba, la rumba la,
una noche el río pasó,
¡Ay Carmela!¡Ay Carmela!
una noche el río pasó,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
Pero nada pueden bombas,
rumba, la rumba, la rumba la,
Pero nada pueden bombas,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
donde sobra corazón,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
Contraataques muy rabiosos,
rumba, la rumba, la rumba la,
contraataques muy rabiosos,
rumba, la rumba, la rumba la,
la otra noche fueron mil,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
deberemos resistir,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
Pero igual que combatimos,
rumba, la rumba, la rumba la,
pero igual que combatimos,
rumba, la rumba, la rumba la,
prometemos resistir,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
Prometemos resistir
¡Ay
Carmela! ¡Ay Carmela!
2.- Le chant des Partisans
Le Chant des partisans (1943) es el himno de la Resistencia francesa contra la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial.
Fue compuesto en Londres en 1943, durante la Segunda Guerra Mundial.
La música es de Anna Marly y los versos, de los escritores franceses Joseph Kessel y de su sobrino –también historiador- Maurice Druon. El último toque lo dio la cantante Germaine Sablon.
Esta obra de arte enaltece el patriotismo y la movilización contra el opresor : su objetivo era hacer que los franceses se adhirieran a la causa de los luchadores patriotas, -los resistentes, los partisans- que luchaban de manera clandestina contra los ocupantes alemanes cuyos uniformes comparaban con «cuervos».
La letra Le chant des partisans
(L: Maurice Druon y
Joseph Kessel. M: Anna Marly)
Ami, entends-tu le vol
noir des corbeaux sur la plaine ?
Ami, entends-tu le bruit sourd du pays qu'on enchaîne?
Ohé, partisans, ouvriers et paysans, c'est l'alarme!
Ce soir, l'ennemi connaîtra le prix du sang et des larmes.
Amigo, ¿oyes el vuelo
negro de los cuervos en la llanura?
Amigo, ¿oyes el rumor sordo del país al que están encadenando?
¡Oíd! guerrilleros, obreros y campesinos, estamos dando la alarma!
Esta noche el enemigo conocerá el precio de la sangre y de las lágrimas.
Montez de la mine, descendez
des collines, camarades,
Sortez de la paille les fusils, la mitraille, les grenades;
Ohé, Francs tireurs, à la balle et au couteau, tirez vite!
Ohé saboteur, attention à ton fardeau dynamite…
Subid de la mina, bajad de las
colinas, camaradas,
Sacad del pajar los fusiles, la metralla, las granadas.
¡Oíd! Guerrilleros: disparad rápido con la bala y sacad la navaja.
¡Oye! Tú que haces saboteos: ¡cuidado con tu carga, que es dinamita!
C'est nous qui brisons les barreaux
des prisons, pour nos frères;
La haine à nos trousses, et la faim qui nous pousse, la misère.
Il est des pays où les gens aux creux des lits font des rêves.
Ici, nous, vois-tu, nous on marche et nous on tu nous on crève…
Somos nosotros quienes rompemos
los barrotes de las cárceles, por nuestros hermanos,
Con el odio que nos va a los alcances, el hambre que nos arrebata, la miseria.
Hay países donde la gente sueña en el hueco de las camas.
Aquí, mira: nosotros caminamos, matamos, reventamos.
Ici chacun sait ce qu'il veut, ce
qu'il fait quand il passe;
Ami, si tu tombes, un ami sort de l'ombre à ta place.
Demain du sang noir séchera au grand soleil sur les routes
Chantez, compagnons, dans la nuit la liberté nous écoute…
Aquí, cada uno sabe lo que
quiere, lo que hace al pasar.
Amigo: si te caes, otro amigo
sale en tu lugar de la oscuridad.
Mañana, a pleno sol, la sangre negra secará sobre
las carreteras.
Silbad, compañeros: en la noche la libertad nos está escuchando.
Génesis:
Londres, principios de 1943. Europa está en plena Guerra Mundial.
El jefe del Movimiento por la Liberación, Emmanuel
d’Astier de La Vigerie, busca una sintonía para el programa de la BBC, «Honor y
Patria», y un canto dedicado al «ejército de las sombras», o sea al ejército de
los luchadores patriotas que tienen que esconderse para luchar contra el
invasor. Sólo una canción podría acercar a todos estos hombres que no se conocen
pero que están luchando en la clandestinidad por la libertad de su país. Se
busca una canción que tenga «olor a resistencia» y que una a todos los patriotas.
Dos escritores franceses, Maurice Druon y su tío, Joseph
Kessel, están en Londres. Oyen una música, La Marche des Partisans,
compuesta por Anna Marly, joven compositora de origen ruso que suele interpretar
sus canciones en los cuarteles y en el Club Francés de Londres.
En un pequeño hotel de las afueras de Londres, Druon y Kessel escriben la letra de esta canción que se hará famosa como Canto – o Himno - de la Resistencia.
El éxito:
El 2 de mayo de 1943 se oye por primera vez esta sintonía en la BBC y al día siguiente se graba la canción en los estudios de Ealing.
Pocos días después todos los patriotas franceses la cantan: la letra es publicada en Francia en Los Cuadernos Clandestinos.
Sobre el territorio francés, los aviadores británicos de la Royal Air Force lanzan a los guerrilleros las cuartillas con la letra que muy pronto se hace famosísima.
El impacto:
Este himno de la Resistencia de los luchadores contra el enemigo se convierte después de la derrota alemana en el himno oficioso de la Francia Libre.
En los años 60, con La Marseillaise y
Le Chant du départ, Le Chant des partisans forma parte de las tres
canciones que todos los alumnos de 14 años tienen que conocer para examinarse.
Entre los numerosos intérpretes de esta famosa canción
comprometida, cabe destacar a Germaine Sablon, Armand Mestral, Marc Ogeret, Yves
Montand (cuya interpretación es, sin duda, la más exitosa), Jean Ferrat, Lenny
Escudero, Joan Baez, Johnny Halliday y Jean-Louis Murat. El grupo Zebda también
la adaptó bajo el título Motivés en 1998.
El mensaje:
Himno de la Resistencia, Le Chant
des Partisans es una llamada a la lucha fraternal. Es el sueño eterno de una
libertad que hay que conquistar y con la cual sueña cualquier hombre oprimido
-sea el país que sea- cuando quiere deshacerse del yugo y de la tiranía: Nunca
se lucha en vano cuando se pugna por la libertad del pueblo, de los hermanos, de
los hijos.
Maurice Druon escribirá años más tarde: «Considero como
gracia misteriosa y como justificación de un destino de escritor haber podido,
cierto día, coincidir con la conciencia de todo un pueblo».
Texto y traducción: Jean-Ives Kerzulec
3.- BELLA CIAO
Hay, en el corazón de la ciudad lombarda de Bérgamo, un monumento a los
partisanos que representa a uno de ellos, muerto, colgado boca debajo de los
pies; al lado, de rodillas, una mujer -símbolo de las madres sufrientes- expresa
serenamente su inabarcable dolor. Y no muy lejos de allí, en el lago Como,
bellísimo y cercano a la frontera suiza, encontraría el final de su huida un
Mussolini perseguido por los partisanos, que le darían el mismo pago que él le
diera a tantos guerrilleros antifascistas, opuestos a su régimen y a la invasión
de los nazis alemanes.
Benito Mussolini tenía 42 años cuando en 1925 obtiene plenos poderes en Italia,
ejerciendo una dictadura absoluta, férrea, sanguinaria y neoimperialista,
invadiendo Etiopía diez años después y formando un Eje Roma-Berlín en 1936 que
intervendría decisivamente en la Guerra Civil española, ayudando a los
sublevados contra la República legítima. En 1940 entra en conflicto, junto a la
Alemania de Hitler, con las potencias democráticas europeas, arrastrando a su
pueblo al horror, la miseria, la destrucción y el enfrentamiento exterior y
civil.
Fruto de ello es la “lucha partisana”, la lucha guerrillera que reunía a todos
los antifascistas, abanderados fundamentalmente por los comunistas.
Y
como tantas veces ocurre con el pueblo alzado en armas contra el opresor
-interior o exterior-, surge la canción de resistencia, los “cantos de
intervención”, como dicen nuestros vecinos portugueses. Surge el aliento que da
impulso a la lucha desigual, a los peligros con que han de enfrentarse los que
batallan por las libertades.
Esta mañana me he levantado/ ¡Oh!, bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao,
ciao,/ Esta mañana me he levantado/ y he descubierto al opresor,
traducimos en español la primera estrofa de ese emblema del pueblo, sublevado
contra la tiranía que es la canción Bella ciao, universalmente aceptada
como símbolo de la resistencia popular.
Cuando en los años setenta poetas y cantautores recorríamos los
pueblos de España
con nuestros versos y canciones, siempre alguien tarareaba esta canción
tradicional italiana, cuyos orígenes no pueden rastrearse con claridad, pero que
se enraízan en esa lucha contundente del pueblo que veía como el terrible “duce”
los precipitaba hacia el abismo de una ciega dictadura, ligada a otra más
horrible todavía, rabiosamente imperialista, xenófoba, racista, irracional,
violenta y sádica: el nazismo de Hitler.
¡Oh!, guerrillero, quiero ir contigo/ ¡Oh!, bella ciao, bella ciao, bella ciao,
ciao, ciao./ ¡Oh!, guerrillero, quiero ir contigo,/ porque me siento aquí morir,
continúa la emotiva poesía partisana. ¡Cuántas veces la hemos gritado, se la
hemos lanzado como dardos a nuestra dictadura en España! ¡Y cuántas veces lo han
hecho igualmente en otros países, desde nuestra hermana Portugal en su también
oscura dictadura de 40 años, u otros tan lejanos en el espacio y cercanos en el
corazón como los demócratas chilenos, masacrados por el sanguinario Pinochet
cuando aquí comenzábamos a respirar libremente.
Bella ciao
es uno de los mayores símbolos contra la opresión que tiene la humanidad como
patrimonio intangible del siglo XX. Sigue siendo en Italia tarjeta de
presentación y recordatorio en cada protesta contra el recorte de libertades,
contra las agresiones a las masas populares, a favor del progreso, de la
fraternidad. E incluso de la paz, aunque la tercera estrofa pueda parecer una
contradicción: Y si yo caigo en la guerrilla./ ¡Oh!, bella ciao, bella ciao,
bella ciao, ciao, ciao./ Y si yo caigo en la guerrilla/ coge en tus manos mi
fusil (o tú me debes sepultar, según la traducción literal del original
italiano): y es que estamos ante un “sacrificio de amor” y un batallar contra la
violencia y la agresión, que trata de erradicar.
Cava una fosa en la montaña/ ¡Oh!, bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao,
ciao./ Cava una fosa en la montaña/ bajo la sombra de una flor,
entonábamos en castellano, con un mensaje romántico, bucólico, un tanto ingenuo,
como corresponde a los soñadores de la liberación de toda la humanidad. De ahí
los siguientes versos:
Así la gente cuanto la vea/ ¡Oh, bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao./
Así la gente cuando la vea/ se dirá ¡qué bella flor!
Sí,
una flor en la montaña, en esa intrincada corona alpina que delimita el norte de
Italia, por donde Hitler -desautorizado Mussolini por su “Gran Consejo Fascista”
el 24 de julio de 1943 ante su pretensión de continuar la guerra y detenido por
orden del rey Víctor Manuel III- penetra para invadir el país, libera a su
aliado y le forma un efímero “gobierno títere”, enfrentado al resto de Italia.
Será la tumba (flor) de un guerrillero/ ¡Oh!, bella ciao, bella ciao, bella ciao,
ciao, ciao./ Será la tumba de un guerrillero/ muerto por la libertad,
termina gritando la canción, cuyo homenaje a esas muertes, tan tremendas,
masivas, que costó la conquista preciada, la derrota del monstruo, de los
monstruos que desangraron Italia, Alemania, España, Portugal, Chile, Francia,
Grecia, Argentina, Nicaragua… ¡tantos sitios donde se cantó, se sigue cantando
para que su recuerdo aleje los fantasmas del pasado, que en algunos lugares
siguen siendo presente lacerante para todos!
¡Oh!,
bella ciao, bella ciao, ciao, ciao, siempre que nos levantemos descubriendo
cualquier rastro de tirano, de invasor, démoslo todo para evitar su dominio, en
aras de la fraternidad, la solidaridad y la libertad.
Texto y traducción: Moisés Cayetano Rosado
Bella ciao
(Tradicional italiana)
Questa
mattina mi sono alzato. Esta mañana me he levantado.
¡Oh! bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao.
Questa
mattina mi sono alzato, Esta mañana me he levantado.
e ho trovato l'invasor. y he descubierto al invasor.
O
partigiano portami via ¡Oh! Guerrillero, quiero ir contigo.
¡Oh! bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao.
O
partigiano portami via¡ Oh! Guerrillero, quiero ir contigo.
qui mi sento di morir. porque me siento aquí
morir.
E se io
muoio de partigiano Y si yo caigo, en la guerrilla.
¡Oh! bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao.
E so io
muoio de partigiano Y si yo caigo, en la guerrilla.
tu mi devi seppellir. coge en tus manos un fusil.
(v. original: tú me debes sepultar)
E seppellire lassú in montagna Cava una fosa en la montaña.
¡Oh! bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao.
E
seppellire lassú in montagna Cava una fosa en la montaña.
sotto l'ombra di un bel fior. bajo la sombra de una flor.
Così le
genti che passeranno Así la gente cuando la vea.
¡Oh! bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao.
E la
genti che passeranno Así la gente cuando la vea.
mi diranno: "oh che bel fior". se dirá ¡qué bella flor!
E questo
è il fiore del partigiano Será la tumba (flor), de un
guerrillero,
¡Oh! Bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao.
E'
questo il fiore del partigiano Será la tumba (flor), de un
guerrillero,
morto per la libertà. muerto por la libertad.
E questo
il fiore del partigia Será la tumba (flor), de un
guerrillero,
morto per la libertà. muerto por la libertad.
4.- GRÂNDOLA VILA MORENA (1971)
José Afonso (Aveiro, 1929 – Setúbal,
1987)
Grândola
Vila Morena es la canción portuguesa más
conocida de la época revolucionaria del 25 de Abril de 1974, fecha en que la
democracia fue repuesta en Portugal, después de cuarenta y ocho años de
gobiernos autoritarios. Con autoría del cantor José Afonso, fue publicada por
primera vez en su disco de larga duración “Cantigas do Maio” (Canciones de
Mayo), grabado en el Strawberry Studio (Herouville, Francia), entre 11 de
Octubre y 4 de Noviembre de 1971. Dos años y medio después, sería una de las
señales musicales emitidas por radio, destinadas a desencadenar la Revolución de
los Capitanes. Grândola, la contraseña, pasó a las 00h 20’ del día 25, en
el programa “Limite”, de Rádio Renascença – Emisora Católica Portuguesa.
Aproximadamente una hora antes se oiría otra, E depois do adeus (Y
después del adiós), de Paulo de Carvalho. A través de este medio las unidades
militares revoltosas supieron que podrían avanzar para el inicio de aquella, que
también es conocida como Revolución de los Claveles.
La
canción fue compuesta en homenaje a la “Sociedade Musical Operária Grandolense”,
situada en Grândola (Alentejo), en donde, en 1964, José Afonso actuó, quedando
entonces muy emocionado con el espíritu revolucionario que allí se vivía.
José
Afonso (o Zeca Afonso, como era con afecto llamado por sus admiradores) es sin
duda la figura más significativa y mítica de la canción de intervención en
Portugal. A partir de finales de los años cincuenta desempeñó, con su canto y su
poesía, un papel fundamental en el combate contra la dictadura de Salazar.
Cultivó diversos géneros musicales, desde el “fado” de Coimbra, aún como
estudiante universitario en aquella ciudad, a la canción popular propiamente
dicha o de sentido más revolucionario.
Texto y traducción: Joaquim Saial
Grândola, vila morena
Grândola villa morena,
Terra da fraternidade tierra de la fraternidad,
O povo é quem mais ordena el pueblo es quien más ordena,
Dentro de ti, ó cidade dentro de tí, oh ciudad.
Dentro de ti, ó cidade En cada esquina un amigo,
O povo é quem mais ordena el pueblo es quien más ordena
Terra da fraternidade tierra de la fraternidad,
Grândola, vila morena Grândola villa morena.
Em cada esquina um amigo En
cada esquina un amigo,
Em cada rosto igualdade en cada rostro igualdad,
Grândola, vila morena Grândola villa morena,
Terra da fraternidade tierra de la fraternidad,
Terra da fraternidade
tierra de la fraternidad,
Grândola, vila morena Grândola villa morena,
Em cada rosto igualdade en cada rostro igualdad,
O povo é quem mais ordena el pueblo es quien más ordena.
À sombra duma azinheira A
la sombra de una encina,
Que já não sabia a idade de edad incalculable,
Jurei ter por companheira Juré tener por compañera,
Grândola a tua vontade Grândola a tu voluntad.
Grândola a tua vontade
Grândola a tu voluntad,
Jurei ter por companheira Juré tener por compañera,
À sombra duma azinheira A la sombra de una encina,
Que já não sabia a idade de edad incalculable.
5.- Al vent
“Al vent” es una de las
pioneras de las canciones de protesta de nuestra memoria colectiva. Es una
canción austera cuyos dos únicos ingredientes musicales fueron la voz potente de
su autor, Raimon, un joven estudiante valenciano y unos escuetos y vigorosos
acordes de guitarra. Las circunstancias, el caldo social en que fue creada,
hicieron el resto.
Pronto se transformó esta canción
en un grito asumido por la juventud concienciada del momento, más allá del
ámbito lingüístico originario.
“Al vent” evocaba ¿quizá? Ganas de
volar, salida al mundo exterior, cambio, libertad. Puede parecer paradójico que
la letra de una de nuestras canciones de protesta más emblemáticas no diga nada.
Resulta sin embargo muy instructivo para observar los mecanismos de sobrecarga
simbólica que la censura provocaba sobre las palabras más inocuas.
Es la primera canción de Raimon.
Esta canción nació el año 1959 al azar, mientras iba en moto con un amigo suyo.
Yendo en el asiento de atrás de la
moto, empezó a sentirse inquieto por la velocidad que llevaban y fue entonces
cuando empezó a cantar:
Al viento,
La cara al viento…
Raimon empezó a cantar en público
en el año 1961, cuando aún era estudiante de historia en la Universidad de
Valencia. Lo hizo al margen del movimiento barcelonés de la “nova cançó”, al
cual aportó un estilo personal y discrepante que lo situó en un lugar
absolutamente original, tanto respecto al movimiento como al panorama musical
español de moda en aquel momento.
Los primeros propagandistas de
Raimon fueron los ” setze jutges” (dieciséis jueces). En diciembre de 1962 se
estrenó en Barcelona el Fórum Vergés. Su música, las palabras, su forma de
cantar, produjeron una gran sorpresa en el ambiente artístico de los primeros
años sesenta. Al vent su primera canción, tuvo un éxito inmediato. Los
responsables de la discográfica Edigsa se apresuraron a promover un disco que,
prácticamente sin ninguna publicidad, tuvo unas ventas fulminantes.
El primer disco salió en marzo de
1963, era de los pequeños, e incluía “Al vent”….
Al
vent
(Raimon)
Al
vent, Al viento,
la cara al vent, la cara al viento,
el cor al vent, el corazón al viento,
les mans al vent, las manos al viento,
els ulls al vent, los ojos al viento,
al vent del món. al viento del mundo.
I tots, Y todos,
tots plens de nit, llenos de noche,
buscant la llum, buscando la luz,
buscant la pau, buscando la paz,
buscant a déu, buscando a Dios,
al vent del món. al viento del mundo.
La vida ens dona
penes, La vida ofrece penas,
ja el nàixer és un gran plor: ya nacer es un gran llanto:
la vida pot ser eixe plor; la vida es ese llanto;
però nosaltres pero nosotros
al vent,
al viento,
la cara al vent, la cara al viento,
el cor al vent, el corazón al viento,
les mans al vent, las manos al viento,
els ulls al vent, los ojos al viento,
al vent del món.
al viento del mundo.
Texto y traducción: Jaume Graells i Veguín
6.-A galopar
Rafael Alberti es uno de esos poetas
proteicos que ha utilizado todas las formas de fundir la palabra. Son tres las
facetas más características de su poesía: la neopopularista, la surrealista y la
realista, pero no todas han logrado sobrevivir…
El Alberti neopopularista consiguió un trasvase poético de la tradición a la
contemporaneidad e influyó en muchos poetas de la posguerra.
La modalidad surrealista de Alberti resulta, quizás, la más atractiva. Pero el
Alberti que más ha calado en la poesía contemporánea es el de la tendencia más
realista, más apegada a la Historia... Une en esta faceta su preocupación
histórica con sus sentimientos más profundos.
A los poetas hay que juzgarlos por su obra, pero en el caso de Alberti cuesta no
considerarlo con su activa presencia en la vida y en la política española,
incluso durante su exilio. En sus poemas no caben otros colores que los
primarios, los de la escuela y la niñez: el azul del mar, el amarillo del sol y
de la luz, el verde y el rojo de los bosques, de las flores, de la tierra, que
aunque suene a exageración, es lo que toca a su etapa surrealista y a la que
comprende sus poemas de corte político.
Los poemas de Alberti se mueven entre la tristeza, la ira y la alegría con la
misma inconsciencia con que combina los colores primarios.
Es a partir de 1936 cuando decide intervenir en la campaña por el Frente Popular
en España. Fue un hombre muy comprometido con la izquierda y en el transcurso de
la guerra civil fue a entrevistarse con Stalín a Moscú.
Finalmente decidió enrolarse en la aviación republicana. Pero incluso en plena
guerra no pudo Alberti olvidar sus sentimientos artísticos. Así, en el
transcurso del asedio a Madrid participó en la evacuación de las obras del Museo
del Prado, para evitar su destrucción...
“Tenía, como dice Mario Benedetti, la poesía metida en el alma”. Su poética está
impulsada por el recuerdo y la nostalgia del mar que le dio libertad, claridad y
sobre todo esa capacidad de ver siempre la luz en medio de lo oscuro.
“Su poesía pasó a través de tiempos turbulentos de España, pero siempre al fondo
de lo oscuro, de lo tenebroso, de lo difícil, de lo duro y lo negativo supo ver
la esperanza, admirar la claridad por medio de las tinieblas” (García de la
Cocha)
“Le ayudaron sus amigos de siempre: Quevedo, Góngora, Neruda, Federico García
Lorca, Goytisolo, Alfonsina…” (Diario Virtual de Bogotá “05) Alberti es un
luchador por la libertad y la democracia y por lo que significa los derechos de
los ciudadanos, desde sus comienzos como escritor y pintor. No es extrañar que
su poema ‘A galopar’ sea una manifestación de recuerdo, de algunas de las
poesías que el autor dedicó al Pueblo Español, durante la República Española y
que sirvió como tema al gran cantautor Paco Ibañez, siempre comprometido con
Alberti...
Es Paco Ibáñez un inconformista, un anticonformista abierto al mundo. Un ser
profundamente humano que según Vázquez Montalbán “practica constantemente la
provocación cultural, la crítica dura y directa contra los enemigos de la
emancipación individual y social”. Con él vuelan las palabras impregnadas de
nostalgia y envueltas en su voz profunda y cálida. “La poesía con mayúsculas,
esa que se clava como afilados puñales, vuelve a ser un arma cargada de
presente”. Paco Ibáñez es un artista obsesionado por la idea superior de la
libertad, en nombre de todos aquellos que lucharon para que nosotros
disfrutáramos de ella.
Paco Ibáñez editó por primera vez ‘A galopar’ en 1969 en París y la
repercusión en España tuvo lugar con posterioridad a la publicación del
doble LP grabado con motivo de su concierto en el Teatro Olympia en febrero del
mismo año,
que fue producido por Moshé Naim dentro de la colección ‘Los unos por los otros’. Ya en
los noventa, se organizó una gira de conciertos de Rafael Alberti y Paco Ibáñez
y se grabó un disco con el título "A galopar". Dicha gira cosechó un éxito extraordinario resultando como
conciertos destacados, los de París, Madrid, Barcelona, Santander y Mérida.
Alberti recitó y Paco Ibáñez cantó. El resultado fue una poesía única e
indivisible, apoyada por los asistentes que coreando a los dos artistas durante
toda la actuación, consiguieron fundirse en una manifestación colectiva
histórica.
Texto: Rafael España Fuentes
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
A corazón suenan,
resuenan, resuenan
las tierras de España en las herraduras.
Galopa caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
caballo de espuma.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
Nadie, nadie,
nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa caballo cuatralbo,
jinete del pueblo
que la tierra es tuya.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
7.-Alfonsina y el mar
Bastaron unas notas de piano,
escuchadas a través de la ventana, para que aquella tarde de un luminoso
septiembre saltase con decisión sobre la estantería de su biblioteca.
Mientras perdía la mirada, de entre los
árboles surgían las notas de aquella canción mezcladas con la lejana algarabía
de los chavales en la piscina. Dudó si abrir el libro o dejarlo donde tanto
tiempo había reposado, olvidado como quien aparca un recuerdo que, aunque
bonito, no quiere revivir por miedo a volver a darle vueltas a un pasado que
inevitablemente no podría reconducir como, en su imaginación, tantas veces
había intentado.
Decidió abrir a sus
recuerdos una ventana tanto tiempo ya cerrada. Fue directo al estante, sin
vacilar. Miró, extendió la mano y con ceremoniosa lentitud recorrió con su vista
aquel pequeño tesoro que guardaba su secreto: ANTOLOGÍA POÉTICA. Alfonsina Storni. Biblioteca Clásica y Contemporánea. Ed. LOSADA.
Recordó la ilusión de
aquel regalo. Recordaba cómo , en voz alta, lo leyó de un tirón para devolver el
detalle del regalo. Recordó ...cuántos recuerdos. Recordó que nunca más logro
pasar de la primera página. Una dedicatoria con aquella grafía tan peculiar, una
dedicatoria que le hacía perder la mirada, y recordar...
Perdía la mirada en el
intenso azul Austral sobre el que ella caminaba. La blanda arena daba paso a la
blanca espuma y el viento levantaba mansamente sus cabellos y el profundo añil
terminaba por difuminar su silueta en la inmensidad del océano.
Sus atardeceres pasaron a
ser el recuerdo de la misma historia. Comenzaban en el mismo lugar, bajo la
sombra de los árboles que hacía de cielo a la calle. La brisa que subía del mar
acariciaba sus rostros. Las miradas eran sonrisas que compartían con el perfume
de sus jóvenes cuerpos. Sus cabellos se fundían al igual que se fundían sus
cuerpos. Cantaban, reían, se miraban y en la penumbra de aquel local, en el
mismo rincón de siempre escuchaban las canciones que encendían sus ideales
compartidos.
Interpretadas con más o
menos acierto pero con la fuerza que da la convicción se convertían en su arma
de rebeldía que anunciaba el preludio de victoria. El ritual tenía un orden. Se
diseñaba un espacio geográfico revolucionario que iniciaba el recorrido en lo
local, en lo próximo, para discurrir por los derroteros de lo universal. Al vent,
nos llenaba de aires de libertad. L’estaca, nos hacía corear todos a una. A
galopar, nos llenaba la mirada de ilusión...Seguía el aire de libertad al otro
lado del Pirineo: “La mauvaise réputation”, “Le métèque”...La saudade
revolucionaria con “Grandola vila morena”, tan cerca, tan nueva, tan
diferente...Para dar el gran salto al otro lado del mar...Al caribe
revolucionario y de allí al sur...Recorriendo la cordillera con comandante, con
muralla y con Amanda...hasta llegar al Sur del Sur donde Alfonsina se fundía con
el mar como nuestros cuerpos se fundían en miradas y en caricias, en ilusiones
compartidas, en deseos de libertad que se perdían en la noche...
Y se perdieron para
siempre una tarde de julio para permanecer en el recuerdo de una dedicatoria
escrita en la primera página de un libro, donde el arrullo de las caracolas
marinas le hacía volver para recordar....A Pablo: “...acertar, quiero decir que
siempre, que sobre el monte en cruz vendo la vida, vendo ese azar que suple las
miradas, ignorando que el rosa ha muerto siempre...”. Beatriz. Barcelona.
Mayo/78.
Tiempo después supo que la dedicatoria
era una cita de V. Aleixandre, que la canción “Alfonsina y el Mar” dedicada a
la poetisa argentina Alfonsina Storni era una composición de Ariel Ramírez
(música) y Félix Luna (letra).
Debajo de la fecha, en la dedicatoria,
una consigna libertaria....igual que ella, pura libertad.
Interpretaciones internacionalmente reconocidas de 'Alfonsina y el mar' son las
de Mercedes Sosa y Andrés Calamaro.
Texto: Anselmo Gómez Arroyo
Alfonsina y el mar
(L.: Ariel Ramírez. M.: Félix
Luna)
I.-Por
la blanda arena que lame el mar tu pequeña huella no vuelva más
Un sendero solo de pena y
silencio llegó hasta el agua profunda
Un sendero solo de penas mudas llegó hasta la espuma
II.-Sabe Dios que angustia te acompañó, qué dolor tan viejo calló tu voz
Para recostarte arrullada en el canto de las caracolas marinas
La canción que canta en el fondo oscuro del mar la caracola
Te vas Alfonsina
con tu soledad, qué poemas nuevos fuiste a buscar
Est. Una voz antigua de viento y de sal te requiebra el alma y te está llamando
Y te vas más allá como un sueño dormida Alfonsina vestida de mar
III.-Cinco
sirenitas te llevarán por caminos de algas y de coral
Y fosforescentes caballos marinos harán una ronda a tu lado
Y los habitantes del agua irán a jugar pronto a tu lado
IV.-Bájame la
lámpara un poco más, déjame que duerma nodriza en paz
Y si llama él no le digas que estoy di que Alfonsina no vuelve
Y si llama él no le digas nunca que estoy di que me he ido.
8.-
A cántaros
(Pablo Guerrero)
“A
cántaros” representa una de las primeras apuestas por el sentido de la libertad,
de la democracia, de la lucha y de la esperanza en los últimos tiempos
franquistas.
Es el grito del cambio político, la necesidad de una nueva época.
Se ha fundido en la canción el propio bagaje cultural del autor: las lecturas
que realizara en su pueblo (Esparragosa de Lares), sus años de Universidad, su
profundización en poetas como Miguel Hernández, Lorca, Cernuda...
Atrás quedaron los años vividos en tierras extremeñas: “ Allí viví mi infancia y
adolescencia y me ha quedado grabado para siempre su luz de harina cayendo
implacable sobre un campo de dunas. Fue un tiempo de juegos, de vendimias, de
temporadas en el campo, de molinos de trigo, de baños en el Zújar, de eras.”
Pablo Guerrero no abandona temas de esa generación de emigrantes de los años 50
y 60 y que padeció nuestra tierra con el éxodo a las grandes ciudades, cuando no
a países extranjeros. Se cambió el trabajo en el campo por las interminables
horas en la construcción y en las fábricas.
Él conoce y vive las revueltas estudiantiles, la protesta, la lucha. Ha conocido
la revolución del 68, la sintió especialmente, y de la que dice: “ Pertenezco a
la generación que busca permanentemente la felicidad, que se emocionó con el “
mayo francés” y creyó en el submarino amarillo de los Beatles, es decir en la
utopía.. Mi generación critica y desconfía de muchas cosas, pero no ha perdido
totalmente la esperanza y nos sigue manteniendo todavía el sentido de la
solidaridad y del deseo.”
Van a ser años cruciales para nuestra “canción guerrillera”. Las primeras
actuaciones extremeñas se realizaron en el Instituto Santa Eulalia de Mérida.
Era diciembre de 1971. Él mismo declarará : “ Éramos muy ingenuos, en el sentido
de que lo dábamos todo. Íbamos donde nos llamaban y no sabíamos decir que no
pero también éramos conscientes de que aquella época era muy importante para el
país y para nosotros mismos”.
Corría el año 1972 y aparecerá su primer disco de larga duración, “ A cántaros”,
en una época en la que se preocupa por unos textos relacionados con el amor, la
libertad y el pacifismo.
Rápidamente se extenderán las palabras:
Tú y yo, muchacha, estamos hechos de nubes
pero ¿ quién nos ata?...
Que es tiempo de vivir y de soñar y de creer
que tiene que llover...
a cántaros.
La portada
será diseñada por un amigo y compañero de facultad, Nacho Díaz.
Su objetivo era claro: terminar con la larga dictadura en la que habían nacido,
crecido y se habían educado, convirtiéndose en uno de los himnos más
maravillosos y poéticos de los años setenta. La hermana del cantante, Maria
Josefa Guerrero, sintetiza lo que significó para la juventud española:”La
canción supuso un grito para la esperanza y la libertad con la que se identificó
toda una generación que reclamaba cambios políticos”.
Había entrado en el grupo denominado “ cantautores”, planteando la denuncia
política y las transformaciones necesarias para este país. Son momentos
delicados para la dictadura franquista. El partido comunista empieza a jugar un
papel decisivo en los medios culturales y en este mismo año ( 1972) el partido
socialista renovó ampliamente su dirección.
Sin embargo la protesta más importante no estuvo enmarcada en grupos políticos,
sino que fue de carácter eminentemente social y nació con una marcada
espontaneidad.
La Universidad era ya una institución situada al margen del régimen.
No podemos olvidar que algunos periódicos, junto a nuevas revistas, como Cambio
16, se saltan los rigores de la censura y denuncian la inseguridad ciudadana, la
subida de precios y el descontento generalizado.
Ellos seguirán dormidos
en sus cuentas corrientes de seguridad...
Pero tú y yo sabemos que hay señales que anuncian
que la siesta se acaba...
Siempre aparecerá la esperanza, la lucha tiene un sentido:
Hay que doler de la vida hasta creer
que tiene que llover...
a cántaros.
Texto: Felipe Gómez Valhondo
A cántaros
(Pablo Guerrero)
Tú y yo muchacha estamos hechos de
nubes,
Pero ¿quién nos ata? Pero ¿quién nos ata?
Ten tu barro dispuesto, elegido tu sitio, preparada tu marcha.
Que es tiempo de vivir, y de soñar, y de creer.
Que tiene que llover, tiene que llover, tiene que llover,
Que tiene que llover a cántaros.
Estamos amasados con libertad, muchacha,
Pero quién nos ata, pero quien nos ata,
Ten tu barro dispuesto, elegido tu sitio, preparada tu marcha.
Que es tiempo de vivir, y de soñar, y de creer.
Que tiene que llover, tiene que llover, tiene que llover,
Ellos seguirán dormidos en sus cuentas
corrientes de seguridad.
Planearán vender su casa. ¿Le pongo diez metros
en cómodos plazos de felicidad?
Pero tú y yo sabemos que hay
señales que anuncian
que la siesta se acaba y que una lluvia fina sin bioencimas, claro, limpiará
nuestra casa.
Hay que doler de la vida hasta creer.
Que tiene que llover, tiene que llover,
tiene que llover,
Que tiene que llover a cántaros.
9.-Cancioneta
(L.: León Felipe. M.: Luis
Pastor)
Cancioneta la escribe León Felipe en
1939, cuando se encuentra en México, huyendo de la Guerra Civil, enfermo,
cansado y como un exiliado más. En este momento histórico León Felipe se sitúa
del lado de la legalidad republicana y la defiende desde la militancia y el
compromiso dando a la poesía una dimensión humana, revistiéndola de una
desgarradora perspectiva social que hace que a partir de ese momento -desde el
combate y el exilio- su visión poética alcance una plenitud universal del
conflicto, de la existencia humana en el mundo.
Cancioneta y los demás poemas que escribe en el momento en que
España se está desgarrando son escritos desde el deber y la denuncia, donde haya
una injusticia, allí estará siempre su protesta.
Cuando lee estos versos en
la Casa de España en México en 1939, como homenaje de gratitud por su acogida,
dice: “Yo no tengo diplomas. Mis diplomas y mi equipaje se los ha llevado la
guerra y no me quedan más que estas palabras que vais a escuchar”.
El burgués tiene la mesa,
la Iglesia tiene la misa,
el proletario la masa
y el fascismo la camisa.
¡Qué divertido es el mundo!
¡Ay qué risa, ay qué risa!
Dando vueltas, dando vueltas
tan de prisa,
con la mesa,
con la misa,
con la mesa
y la camisa.
Luis Pastor musicaliza “Cancioneta” y la
edita en el sello Movieplay, serie Gong, dentro de su segundo LP ‘Vallecas’,
en el año 1976, cuando el general Franco acababa de morir, las leyes e
instituciones de su régimen estaban intactas y al cantautor extremeño le prohibían sus conciertos.
Texto: Francisco Domínguez González
10.- Mi “AL ALBA” de Luis Eduardo AUTE
Estábamos en 1975,
año clave en la historia reciente de España. Yo impartía clases en el Colegio S.
José de Villafranca de los Barros, gestionado por los jesuitas. Lógicamente mis
alumnos en su mayoría, pertenecían a lo que entonces denominábamos alta
burguesía u oligarquía extremeña.
En la clandestinidad era dirigente de la
Organización Revolucionaria de Trabajadores, estaba, siguiendo instrucciones de
CC.OO, infiltrado en el Sindicato Vertical y ejercía como Presidente de la Unión
de Trabajadores y Técnicos de la Enseñanza Privada.
Mis contactos con el mundo obrero eran
muy estrechos, sobre todo con los jornaleros del campo, pero también mantenía
fuertes relaciones con la “intelligentsia” de Villafranca de los Barros, y
Extremadura, a través de Cineclubs y otras actividades culturales.
La dictadura se desmoronaba dando
terribles coletazos. El país se posicionaba ante lo que parecía inminente. Nos
asaltaban las dudas, el miedo, la ilusión, la angustia… y había que protegerse y
disimular lo que, ignorante de mí, todo el mundo conocía.
El 27 de septiembre, el franquismo, ya
moribundo escribió una de las más negras páginas de su larga historia. A
primera hora de la mañana fueron fusilados 5 activistas políticos.
Franco derogó todas las peticiones de
clemencia llegadas de todo el mundo. Una vez más, no tuvo piedad. La
conspiración judeo-masónica comunista, decía, que “a nosotros nos honra y a
ellos envilece”, fue, otra vez, el argumento esgrimido por el dictador.
AUTE, nos representó a todos. Escribió
“AL ALBA” que, como él dice, salió del dolor, del suyo y de todos los que nos
avergonzábamos, y temíamos, de aquel Régimen.
“Al Alba” es un canto a la vida,
enmascarado en una canción de amor, de despedida para siempre. Es uno de los más
bellos alegatos contra la muerte.
Canción que explica
poéticamente la importancia y el dolor de los que van a ser fusilados “al filo
de la madrugada” el siniestro paisaje en el que vivíamos los españoles durante
el franquismo:
“Miles de buitres callados…
parece que adivinaran
que el día que se avecina
viene con hambre atrasada”
Maldito baile de muertos,
pólvora de la mañana”
La rotunda frase
final es una referencia inequívoca a las condenas a muerte, por fusilamiento del
27 de septiembre, con las que la dictadura selló su mandato, desoyendo todas las
peticiones internacionales de clemencia.
Pero también es una canción de esperanza: “el día que se
avecina viene con hambre atrasada”
Esa hambre de libertad, de justicia y de igualdad que
teníamos en nuestro corazón y que un Régimen asesino quería abortar.
El tiempo jugaba a nuestro favor: “tras la noche… no vino “la
noche más larga”
El alba se hizo, la noche fue desapareciendo y, aunque
todavía “miles de buitres callados van extendiendo sus alas” y hubo más “pólvora
de la mañana”, la libertad inundó todos los rincones de España.
Yo seguí dando mis clases, rejuveneciéndome con aquellos
viejos jornaleros y disfrutando con el cine que utilizábamos, también, de
subterfugio para la libertad.
Entonces yo tenía 24 años.
Texto: José Ángel Calle Gragera
Al alba
(Luis Eduardo
Aute)
Si te dijera amor
mío que temo a la madrugada,
No se que estrellas son estas que hieren como amenazas.
No sé si sangra la luna al filo de su guadaña.
Presiento que tras la noche vendrá la noche más larga,
No quiero que me abandones amor mío al alba.
Al alba, al alba, al alba, al alba.
Los hijos que no
tuvimos se esconden en las cloacas,
Comen las últimas flores, parece que adivinaran
Que el día que se avecina… viene con hambre atrasada.
Presiento que tras la noche vendrá la noche más larga,
No quiero que me abandones amor mío al alba.
Al alba, al alba, al alba, al alba.
Miles de buitres
callados van extendiendo sus alas
No te destroza amor mío… esta silenciosa danza?
Maldito baile de muertos… pólvora de la mañana.
Presiento que tras la noche vendrá la noche más larga,
No quiero que me abandones amor mío al alba.
Al alba, al alba, al alba, al alba.
Miguel Ángel Gómez Naharro
La palabra sin tregua
Sabe esta voz la voz del alma. Sabe que el canto suyo es prolongación del viento
y los sueños, de la cotidiana lucha y la terca maravilla de lo frágil. Dice
versos esta voz que se despojan de la sangre, el olvido, la ciega lealtad de una
Historia que nos sigue y nos señala. Y a la que escucha y canta. Palabra sin
tregua esa voz, Miguel Ángel, la tuya, que nace del hondo musgo de los ríos, de
las calles sombrías, de estaciones de tren con olor a aceite y despedida, de
perdidas batallas –las del amor y las otras-, del fondo sin fondo de la vida.
Vuelven ahora los cantos de la tierra, pero es otro el modo
de acercarnos a ellos. A su lejana cadencia tu voz otorga otra belleza, acaso el
ritmo propio de la memoria y la esperanza de desligarlas ya para siempre de las
causas y azares que las alimentaron. Estas Canciones guerrilleras que hoy
rescatas sin pólvora ni odio –sólo su viva transparencia, tan sólo la vibrante
consumación de su pasado- son hoy más necesarias que nunca si realmente queremos
conocernos a nosotros mismos.
Un tiempo de pólvora y magnolias, en palabras del poeta, un
canto perdido y sin embargo útil para quienes aún buscamos en ellas la desnuda
belleza de una época cuajada de esperanza.
Largo es ya el camino, Miguel Ángel, por el que aún
transitas, desde que un día lejano de 1992 pusieras voz y ritmos nuevos a las
coplas y romances de Campo Arañuelo. Eran versos de Espronceda, de Chamizo, de
Pacheco y Delgado Valhondo… Vinieron luego otros proyectos, otras ideas, otras
miradas… y el paseante se fue haciendo encontradizo con la rica tradición del
Siglo de Oro: Góngora y Quevedo, Calderón… sonando firme en tu garganta.
Más tarde el canto se hizo vida encarnado en las hazañas de
Gerineldo y Valdomino, junto al corro de niños que cantaban “la chaquetía” o con
el inmigrante, en la Estación de Atocha… Pero todo poema es propio, y bien lo
sabes; por eso cantas Palabras para Julia y ya no es Goytisolo ni Paco
Ibáñez, o Gracias a la vida y no es Violeta Parra sino la vida misma
quien lo canta.
De aquel trayecto tuyo –y nuestro, al fin- por tierras
lusitanas, has sabido ofrecernos la virtud y el oprobio de esa tierra tan
semejante a la nuestra y tan lejana al mismo tiempo.
Sabe tu voz la voz del alma y la persigue, Miguel Ángel, baja
los oscuros peldaños de la Historia hasta encontrar el llanto y la locura, la
soledad y la utopía que reside en toda lucha. Pero hoy tu voz devuelve la sola
emoción, la belleza clara y dormida de esos versos que han vencido, por sí
solos, la invisible somnolencia de los años.
Daniel Casado
Mérida, primavera de 2006
Colaboraron en este CD:
Guitarra: Juan Luis Sánchez Pajares
Guitarras flamencas: Domingo Vargas y Juan Vargas
Artistas
plásticos:
Juan José Alonso Ibeas, José Luis Atienza, Isidro Belloso, Ángel Cervera, Pilar
Fernández, Javier Fernández de Molina, Charo González, Antonio Luis de la Cruz,
José Larrey y Felipe Carlos Lucas.
Historiadores y escritores que han aportado génesis y repercusión histórica:
José Ángel Calle Grajera, Moisés Cayetano Rosado, Víctor Chamorro, Francisco
Domínguez González, Rafael España Fuentes, Anselmo Gómez Arroyo, Felipe Gómez
Valhondo, Jaume Graells i Veguín, Jean-Yves Kerzulec, Joaquim Saial y Daniel
Casado.
Asesores:
Jean-Yves Kerzulec y Joaquim Saial
Grabación
y mezclas:
Julio Horta de Holliwood Mérida
Técnicos
de sonido:
Cesarín González de Jammin Mérida y JuanMi García de Holliwood Mérida
Producción:
David Gómez Burgos
Foto de portada: Miliciano de Robert Capa
Foto de contraportada: Niño con aro (Anónima)
Diseño: Luis Martín